En nuestros
recorridos senderistas por los caminos de Tenerife, nos hemos encontrado con un
profundo arraigo en lo referente a la cultura
del agua en la isla. En multitud de ocasiones nos hemos tropezado con
kilómetros de canalizaciones, galerías, túneles, pozos, tuberías, estanques, atarjeas
y cualquier otra forma de transportar el líquido elemento, sin darle la relevancia
que tienen estas construcciones y sin valorar su importante función. Llevamos
varias semanas preparando este curioso “Rincón del Agua“, con la finalidad
de publicarlo el 22 de Marzo de 2012, coincidiendo con el Día Mundial del Agua,
pero el tiempo nos pasó, literalmente, por encima. En otras islas existen
presas o embalses (en La Gomera destacan:
Mulagua, Amalahuigue y La Encantadora; en Gran Canaria: Presa de Chira, Presa
de Las Niñas, Caidero, Siberio, Gambuesa, Parralillo, Ayagaures), para recoger
el agua proveniente de los montes y barrancos. Sin embargo, en Tenerife, este tipo de
arquitectura no es común. En la isla picuda los recursos acuíferos emanan de
las galerías - minas de agua, excavadas en las montañas, manantiales y pozos.
En la ruta
al Barranco de Badajoz o Barranco de Chamoco pudimos ver la Galería de Izaña (la cual data de 1912), Galería Aceviño, Galería El Almagre,
Galería El Cañizo, Pozo El Ciruelo y el
Canal de Araya.
La visita al
Municipio de Garachico nos reportó información sobre la canalización del Canal
Icod – Garachico – Los Silos – Buenavista, que bordea todas las laderas de los
municipios mencionados, en su mayor parte sin cubrir (lo que a veces provoca
vertidos, por accidente, de sustancias nocivas en los canales).
El sendero
de Erjos – Cuevas Negras – los Silos nos permitió conocer la Galería Río de Erjos, el túnel que permite el paso, atravesando toda la montaña, al
Canal de Enlace Norte – Sur y la malograda Galería
Piedra de los Cochinos (de 2.000 metros de longitud) a raíz del incidente
del 10 de Febrero de 2007, donde el agua que emana de la galería se está
perdiendo por el Barranco de los Cochinos.
Vilaflor –
Ifonche con la Balsa de Trevejos y
sus múltiples ramificaciones para el regadío de los viñedos
Taborno - Roque de Taborno, donde el agua es, casi, “Religión".
En Roque
Bermejo fuimos testigos de cómo se almacenaba el agua, que corría por el
barranco, en unos estanques construidos casi al final del mismo, para luego
canalizarla hacia las tierras de cultivo que se encuentran en el valle
colindante.
Y otras
muchas construcciones que nos hemos encontrado, como son: Rambla de Castro – Madre del Agua; Pinolere – Casa del Agua; Roque del Conde – Canal de Aguas del Sur; Masca – Galería El Natero; Valle Brosque – Galería Chabuco; Aguamansa – Galería Chimoche; Aripe – Canal de Vergara; Playa Bollullo - Ancón II; Canal de Bejía. Y muchas mas que
nos encontraremos en nuestro peregrinar por la geografía de Tenerife.
Historia de las Galerías – Túneles:
Una galería –
mina de agua es un túnel excavado bajo tierra, con una sola boca de entrada,
llamada Bocamina, con el objetivo de encontrar bolsas de agua. Trazada
horizontalmente, su dirección puede variar a lo largo de su recorrido. Por
ejemplo: 1100 metros – rumbo 200º , 520
metros - rumbo 107º y 52 metros – rumbo 187º; total 1672 metros. Antiguamente las
jornadas de trabajo en estas obras de ingienería eran de 8 , 10 y 12 horas. Los
grupos de trabajo se dividían en cuadrillas: dos – tres personas que trabajaban
en varios turnos, de lunes a sábado. La primera cuadrilla se encargaba de
avanzar por la galería, mientras que la segunda “ piña “ (como también eran
conocidos estos grupos de trabajo) sacaba los escombros y limpiaba (escalichar).
Si la mina de agua contaba con un maestro cantero con experiencia, se podía
avanzar un par de metros por jornada, si todo salía bien.
La
persona encargada de colocar los explosivos eran los “cabuqueros“ o maestros
canteros, quienes salían los últimos de la mina, después de colocar los
explosivos, y eran los primeros en entrar después de la detonación; se les
consideraban los verdaderos artífices de los trabajos en la mina. Después
se sacaban los escombros en las
vagonetas (hemos fotografiado varias, montadas sobre raíles). Cada minero tenía
asignada una lámpara de carburo y su vagoneta, responsabilizándose de su
mantenimiento. Posteriormente, cuando se empezó a avanzar “ tecnológicamente “,
para combatir los gases que emanaban del fondo de la mina se usaban mascarillas,
conectadas mediante mangueras, a tomas de aire dispuestas cada 20 - 25 metros.
Dentro de las minas el agua llegaba por la pantorrilla, sin calzado adecuado y
con un calor insoportable, por lo que
muchos trabajaban en camisetas y pantalón corto. Este trabajo se compaginaba con
las tareas del campo para complementar el jornal que se llevaba a casa.
Los útiles
que se manejaban en el interior de la galería eran los picos, las palas, los
martillos, las mazas de hierro (que por su dimensión podían ser mandarrias o
marrones), vagonetas, lámparas de carburo (que emitían una llama muy luminosa
con la quema de gas de acetileno, producida por la reacción del agua con el
carburo de calcio), pernos, etc.
Posteriormente
llegaron las herramientas mecánicas, como el escalichador y martillo, los
cuales funcionaban a través de una manguera con aire a presión. Este aire lo
suministraba un compresor que funcionaba con motor de gasoil; estos motores los
hemos visto y fotografiado en unas casetas acondicionadas para este fin, fuera
de la mina, para que la combustión del motor no viciara el aire del interior;
en algunas minas se disponía de un habitáculo, en el interior, para ubicar el
motor.
Nada que
decir de las condiciones laborales
de esa época (1940 – 1960), sencillamente, no existían .
El agua
siempre ha sido motivo de prosperidad, de enfrentamientos, signo de riqueza y
poder. Dejaremos para otra ocasión las “cacicadas" que se han cometido y se siguen cometiendo con tan preciado
bien y los accidentes que se han producido en el interior de las galerías –
minas (amputaciones, sorderas, derrumbes).
En la isla
de Tenerife hay censadas o “ emboquilladas “ más de 1000 galerías, con una
longitud total que supera los 1.600 kilómetros de longitud.
Los túneles
son excavaciones en las montañas, con entrada y salida en ambos lados, por las
que discurren canalizaciones que transportan el agua. Suelen medir 1,60 m. de
ancho, por 1,70 m. de alto, según hemos podido comprobar “ in situ “.
Sólo
recordar que el agua es un recurso
escaso y que no debemos, ni podemos, malgastarlo. La historia del agua en la isla de Tenerife es mucho mas de lo que hemos contado aquí, pero podemos hacernos una pequeña idea de como funcionaban.
SANTA CRUZ DE TENERIFE A 07 DE MAYO DE 2012